jueves, 14 de febrero de 2013

Takamatsu Moko No Tora


Dojo Gihon.
-         Takamatsu. Toshitsugu “Moko No Tora.” (El tigre de Mongolia.)
-         33º Sôke de  la Togakure Ryû Ninjutsu.
  

.-Takamatsu Toshitsugu-.


          .- Takamatsu Toshitsugu:
              Moko No Tora.  “El Tigre de Mongolia.”                 


  Takamatsu Toshitsugu nació en Kobe el 1 de marzo de 1888. (Meiji 22.)Sus ancestros eran miembros de un clan de los bosques de Takeo,  situado en las zonas montañosas de la provincia de Iga. (Actual prefectura de Mie.)

 Comenzó su entrenamiento a los nueve años por iniciativa de su padre, quien pensaba que Takamatsu era muy tímido, y en la escuela lo llamaban “el niño llorón”. Su primer maestro fue su abuelo, Toda Shinryuken Masamitsu, quien lo inició en Shinden Fudô Ryû. Al cabo de un año Toda le empezó a enseñar los Waza.

  A los diez años tubo la oportunidad de que no lo llamaran más “el niño llorón”.  Esto sucedió  en una clase de Sumo, cuando  su profesor le pidió que subiera al ring (Dôhyô) a participar de una lucha. Takamatsu derribó fácilmente a ocho o nueve oponentes. Después de este episodio la gente comenzó a tratarlo con respeto.

  Luego de aprender Shinden Fudô Ryû, estudio Koto Ryû Koppo Jutsu. Su increíble habilidad lo hizo dominar estos dos estilos cuando tan solo tenía trece años de edad.  Más tarde comenzó a estudiar Togakure Ryû Ninjutsu como así también Takagi Yoshin Ryû en el Dôjô  de Tadafusa Mitsuta Yoshitaro.

  Su peso a los doce años había aumentado a 124lbs (55Kg.) debido a sus vigorosos entrenamientos. En el Dôjô lo llamaban:   “Kotora.” (Pequeño tigre.); Allí encontró buenos amigos aunque tubo algunos enfrentamientos con practicantes de otras escuelas, ya que en esos tiempos era costumbre probar las técnicas de una escuela contra otra.

  Un episodio al que se puede hacer referencia tuvo lugar cuando dos Musashi Bugeisha fueron al Dôjô de Toda Sensei.  Así cuenta la historia conocida como Kotora y Kanzaki:

                  -  Takamatsu Sensei fue llamado Kotora, pequeño tigre, cuando tenia aproximadamente quince años de edad, asistía a una escuela inglesa en Kobe. En su camino de regreso a casa, pasó a visitar el hall de ejercicio de Shinryuken, de su abuelo Toda Sensei. Toda Sensei le dijo a Kotora: “Has llegado justo a tiempo. Hitotsubashi y Kanzaki, ambos maestros de Taijutsu de la escuela Musashi, acaban de desafiarnos a una pelea. Kotora ¿Irás contra ellos?”

   “Si lo haré.” Dijo Kotora.

  Kotora fue primero contra Hitotsubashi, abrumándolo con fuerza espiritual.  Parecía que estaba usando una forma de Shirabergata u observación de los movimientos del oponente. Kotora apiló presión espiritual contra él lenta pero constantemente. Hitotsubashi fue abrumado e intentó atacar a una parte vital de la caja torácica de Kotora con su puño derecho. Kotora desvió el golpe con su mano derecha y tomó una postura baja – la forma sensei  - para barrerlo.  Hitotsubashi saltó.
  En el mismo momento que Hitotsubashi estaba listo para agarrar a Kotora desde el aire en un contraataque con manos y pies, Kotora profirió un Kiai espiritual.  Hitotsubashi cayó de cabeza, con tal impacto que sonó como si el suelo se hubiese roto. Hitotsubashi se desmayó.

  Observando la escena,  Kanzaki se levantó. Como en el combate anterior, Kotora y su oponente se clavaron la mirada el uno al otro, cara a cara, aplicando presión espiritual. Kanzaki era un genio de 29 años de edad,  a quién se llamaba el Kishin de la escuela Musashi. Incluso le estaba permitido conferir la maestría total en el Taijutsu de la escuela de Kanzaki Musashi.  Ambos pensaron, “El es mi igual.”, y por un rato compitieron con sus ojos y su poder mental.  De repente,  la mano de Kanzaki saltó,  pero era una amague. Kotora, que era joven y confiado, reaccionó, esperando un golpe de la mano derecha de Kanzaki, girando su mano izquierda, pero estaba atrapado. Kanzaki golpeó con fiereza a la articulación del codo izquierdo con el canto de su mano.   Haciendo caso omiso del codo, Kotora instantáneamente contraatacó con una técnica llamada Gyaku  Ganseki Otoshi. (Arrojando al enemigo cabeza bajo al suelo). Kanzaki no pudo resistir y colapsó. Kotora pensó, “Lo logre.” Pero en ese momento se sintió mareado y cayó al suelo.


  El Taijutsu de la escuela Musashi le permite al oponente que ha ganado. El oponente piensa, “Lo logre”,  y en ese momento baja su guardia, entonces uno toma ventaja de su momento de guardia baja y logra la victoria final.   Kanzaki no pudo evitar el aplastante gyaku ganseki otoshi aplicado por Kotora, y fue noqueado. Por otro lado, Kotora estaba sufriendo también un ataque a los oídos y al brazo izquierdo. La articulación del brazo se había dislocado y él también se desmayó. Toda Sensei volvió a ambos contendientes en sí. Después de que se recuperaron compartieron el placer de haber tenido una buena pelea. Kanzaki dijo: “He tenido siete u ocho combates en mi camino de Tokio a Kyoto en el Tokaido y nunca había sido vencido. Estoy asombrado de mi derrota ya que Toda Sensei me dijo que tienes sólo quince años de edad.” Entonces, Kotora y Kanzaki discutieron las características del Taijutsu de la escuela Musashi entusiástica mente.
 
  Los jóvenes maestros que siguen las mismas artes marciales pueden hablar infinitamente.                                                             
Esencia del Ninjutsu.


 Como este episodio, hay muchos otros, tanto dentro como fuera del Dôjô, ya que Takamatsu era muy valiente y habilidoso. Un día comenzó a comenzó a incendiarse una parte del edificio, de la fábrica que tenia su padre, todos los empleados corrieron asustados, pero Takamatsu se colocó su ropa de entrenamiento, ya que esta era difícil de quemar, se echó agua por encima y derribó los paneles de la pared (Fuzuma) con un palo corto (Tanbo). De esta manera pudo evitar que el fuego se propagase.
 
  Otra historia que transcurrió en la época, en que Takamatsu se encontraba trabajando en la fábrica de su padre, que es conocida como Tsujigiri. Así cuenta la misma:
     

                 - Hace tiempo había guerreros descarados que probaban su habilidad cometiendo Tsujigiri  (probar la espada de uno en victimas vivas e inocentes.) Esta es una historia de cuando Takamatsu Sensei tenía  dieciocho años de edad. En la fábrica de su padre necesitaban aproximadamente unos 330,14 galones (Unos 1250 litros) de agua cada día.

  Cada mañana, usando una pértiga y unos cuatro ganchos, Jutaro traía toda el agua de la fábrica. Esta hazaña ningún otro hombre podía realizar. El agua provenía de la boca de  una tortuga de piedra, que consistentemente daba  agua clara. Esta tortuga se encontraba en un camino debajo de la montaña Maruyama, que estaba a siete u ocho cuadras de distancia de la fábrica. Cada carga pesaba  529 libras, (Unos 240 Kilos.) Y eran necesarios un total de cinco viajes desde la tortuga.


  Jutaro decía que esto era perfecto para acondicionar sus piernas y su cintura. Un día un trabajador de la fábrica dijo: “Joven amo, pasé muy mal momento anoche. Estaba trabajando solo en el puente Shin Bashi cuando un hombre bloqueó mi camino. Si me movía a la derecha para sobrepasarlo, él se movía para bloquearme y hacia lo mismo si  me movía a la izquierda. Entonces, me agarro por el cuello y me tiró al agua. Pensé que iba a ser asesinado. Joven amo realmente no quiero estar errando por esa área después de oscurecer.”  Al escuchar de casualidad esta conversación, otro trabajador agregó: “¿En serio? A mi también.  ¿No es como los Tsugiris de los viejos tiempos?“ 

  Al escuchar esto,  Jutaro dijo:   “Déjenmelo a mi.” 
 
  El puente Shin Bashi estaba en el punto donde el río desembocaba en la costa marítima Akashi. Los marineros atan aquí sus pequeños botes en los bancos y se lanzan a la mar desde este punto. En las orillas hay diecisiete o dieciocho prostíbulos. Esa noche Jutaro cruzó el puente Shin Bashi cuatro o cinco veces sin que nada sucediera. Al otro día hizo lo mismo con el mismo resultado. Jutaro se dijo a si mismo: “Tal vez este rufián sea alguien que me conoce.” A  la noche siguiente se puso un disfraz y se dirigió al puente. Como se esperaba, cuando estaba en la mitad del camino sobre el puente, un hombre que usaba un sombrero para cubrirse los ojos vino caminando hacía él. Jutaro se movió a la izquierda para sobrepasarlo  pero el sujeto se ponía en su camino. Entonces agarró a Jutaro por el cuello  e intentó proyectarlo usando su cadera. Jutaro sacó panza y dejo caer sus brazos. El hombre persistentemente  intentaba proyectarlo; Luego intentó pegar a Jutaro con su puño, luego intento patearlo. Pero todos sus puños y patadas daban en el aire. Cuando el hombre quedo confundido, Jutaro lo arrojó cabeza abajo, gritando un kiai. El sombrero del hombre salió  volando  y esté cayo sobre su estomago, quedando despatarrado como una araña muerta. Jutaro giró al hombre sobre sí para ver su cara y aplicar el arte de la resucitación. Era Myata, uno de los estudiantes de Mizuta Sensei, que tenía rango medio en Jujutsu. Jutaro le reprendió con enojo: “¿Cómo puedes deshonrar a tu escuela de esta manera? ¡Deberías estar avergonzado!!”
Esencia del Ninjutsu.
   

  En la fábrica de su padre estaba trabajando un hombre de seguridad Ishitani Matsutaro Takekage, quien descendía de una familia que colaboró en la zona de Iga con la familia Hattori. Se dice que utilizaba un bokken como bastón.  Ishitani fue maestro de Hon Tai Takagi Yoshin Ryû (no confundir con Takagi Yoshin Ryû) y Kukishinden Ryû; Como es de suponer Takamatsu a los  17 años de edad estudio con él hasta sus últimos días ya que desgraciadamente, tras  dos años de estar juntos, Ishitani falleció en su regazo aproximadamente en 1907.


  Takamatsu no pasó su examen físico para ingresar en el ejército debido al golpe en la oreja izquierda que había recibido del Musashi  Bugeisha en su enfrentamiento en el Dôjô de Toda Sensei.

  Entrenaba regularmente subiendo el monte Maya donde se encontraba la cascada de la tortuga. (Kame No Taki.) A los 20 años estuvo viviendo en la montaña durante un año. En su estancia entreno su cuerpo y obtuvo una gran fuerza física y espiritual; Rompía piedras con su dedo meñique y también continuo entrenando  los waza. Se dice que cuando alguien subía a la montaña podía predecir si era hombre o mujer.

  Aproximadamente a los 21 años se marcho a China.

  La China  en aquellos tiempos se encontraba en medio de grandes trastornos, caía el Imperio y en 1912 se proclama la República, cuyo primer presidente fue Sun Yat Sen.

  Desde esta fecha China conoció la meditación de los japoneses, las luchas entre gobiernos del norte y del sur,  con grandes injerencias Soviéticas y también las guerras locales entre grupos de bandidos. En Manchuria los japoneses crearon el estado  llamado Manchukuo.

  En 1931 comenzaron las dictaduras del Kuomitang. Había empezado la guerra contra los japoneses, dirigidas por Chian Kai Shek. Esta guerra, enlazo con la segunda guerra mundial, figurando China en el lado de los vencedores, fue reconocida como una de las grandes potencias.  

  Allí se convirtió a los 26 años de edad, en el presidente de la asociación Japonesa de Jóvenes Artistas Marciales. Tuvo muchos alumnos, era considerado un Maestro de muy alto nivel, no solo por su técnica sino más que nada por su fuerte espíritu y personalidad. Takamatsu tuvo contacto con el Emperador de Shinkoku y parece ser que participó en actividades políticas. Las cuales,  Masaaki Hatsumi Dinodashi ha guardado en secreto, algunas de las actividades del gran maestro Takamatsu Sensei.

  Hay una historia muy significativa en la cual se deja entrever la manera en que se lo conocía en el norte de China en aquellos tiempos. Fue allí donde comenzaron a llamarlo Moko No Tora. (El Tigre de Mongolia.)

              - Esta es una historia de cuando Jutaro  tenía  26 años de edad. En varias ocasiones en China participo en competencias de artes marciales y nunca fue vencido. Así, fue recomendado para ser el presidente de la Asociación Japonesa de Jóvenes Artistas Marciales. Lord Ren, el tío del anterior emperador de china, trataba a Jutaro como si fuera su propio hijo. Siempre se jactaba  de que su  Jutaro era un artista marcial de primera. Esto no era sorprendente  ya que en ese tiempo  tenia ochocientos estudiantes chinos, japoneses, americanos y franceses. Cada noche enseñaba a 7080 estudiantes. Incluso en el sofocante calor del verano, él no mostraba ni una gota de sudor.

  Escuchando estos hechos, un maestro de Kung Fu Shaolín,  Choshiryu de la provincia de Santo, reto a Jutaro a una competencia. Choshiryu levantaba 112 Kilos unas 100 veces cada mañana. Jutaro lo rechazó dos veces pero Choshiryu no aceptaba su rechazo. Esa noche, Jutaro soñó  con un demonio rojo gigante que blandía una pesada barra de hierro para atrapar una pequeña mariposa. La mariposa esquivaba los golpes sin dificultad una y otra vez. El sudor corría por el demonio rojo y al cabo de un tiempo cayó y gritó: “¡Suficiente!”.   A la mañana siguiente, Jutaro concibió la técnica de la danza de la mariposa.  

  Lord Ren vino a ver a Jutaro y le dijo: “Jutaro, Choshiryu vino otra vez. ¿Qué hacemos?” Jutaro contestó: “Esta es la tercera vez que me propone una competencia. Esta vez aceptaré su propuesta.” Lord Ren dijo: “¡Gracias, será un gran evento!” Lord Ren les contó a todos los que se cruzo por la ciudad y luego informo a Choshiryu de la aceptación de Jutaro.

   Choshiryu tenía 37 años de edad, y pesaba 112 kilos y media aproximadamente 1’90 metros de altura. Jutaro pesaba unos 75 kilos. La competencia se celebro en la plaza del asentamiento inglés. Con Lord Ren como referí,  la competencia comenzó con Choshiryu pegando un grito y saltando cinco metros mas cerca y pateando con la velocidad de un dragón gigante.  Jutaro saltó a la derecha tres metros. Choshiryu saltó hacia  arriba, abajo, derecha e izquierda en un parpadeo. Cuando se venía otra vez con un mortífero golpe de mano, Jutaro vio un punto resguardado. Intentó usar el golpe del gateo. Choshiryu saltó hacia arriba 2 metros  y devolvió fieras patadas y  puños.

 La acalorada batalla se prolongo por dos horas cuando notó  que Choshiryu estaba sin aliento y sudaba copiosamente. Sus movimientos se aletargaron notablemente.  El punto débil de un luchador grande  la incapacidad de soportar grandes batallas comenzó a aparecer. La visión de Choshiryu estaba disminuida por el sudor que corría por su rostro. Jutaro no transpiró ni una gota. Cuando Jutaro dijo: “Aquí voy.” Con una calma y una sonrisa en sus labios, Lord Ren terminó la pelea.

  El público gritaba para que continuaran la pelea. Pero Lord Ren podía ver que Choshiryu no tenía opciones de ganar.  Jutaro y Choshiryu se sonrieron el uno al otro en agradecimiento de  haber tenido una buena pelea.

  Después de la pelea, Lord Ren, Choshiryu y Jutaro fueron a un restaurante a celebrar la nueva amistad, del tipo que solo puede venir del respeto ganado de una competencia como la que tuvieron. Choshiryu alabó a Jutaro, mientras que el joven hombre modestamente devolvía las gentilezas al mayor. Choshiryu anunció que deseaba que Jutaro sea su hermano, por lo cual sellaron su  vínculo  marcial con un trago de Sake.  Hay muy pocos vínculos entre amigos más cercanos que aquellos de hermanos en las artes marciales.
                                                          Esencia del Ninjutsu. 


 Después de estar aproximadamente 9 años en China  Takamatsu regresó a Japón en 1919. Muchas de las actividades en ese país son mantenidas en secreto por Masaaki Hatsumi, pero se pueden percibir años muy intensos y peligrosos.

  Otro de los relatos que han pasado a formar parte de la historia de la Bujinkan Dôjô ocurrió cuando Takamatsu enfermo de beriberi.  Este es un fragmento de la historia conocida como: Yamagomori y Shutzan.

  El nombre  de Takamatsu sensei de  niño era Jutaro, en marzo del trigésimo tercer año de su vida, retorno a Japón. En su corazón anhelaba visitar la tumba de su novia Kogane y también visitar a su abuela. Ella vivía  en el distrito Higashi Shinkecho de la cuidad de Hyogo.  Cuando ella vio su rostro lloró de alegría.  Él le contó la razón de su regreso a Japón. Desafortunadamente, no volvió para compartir el éxito sino que volvió al hogar para curar su enfermedad,  beriberi. Dejo entrever que deseaba usar su casa para recuperarse. Ella le abrió su casa a él le dijo que descansase sin preocuparse de nada que no sea recuperarse.

  Paso un mes cuando llego un mensajero de su padre de Akashi. Dijo que si la abuela insistía en cuidar al joven Jutaro, el padre dejaría de enviarle la cuota mensual. La abuela replicó: “¿Quién cuidará de mi querido nieto en su enfermedad si yo no lo hago? Su padre dice que no puedo cuidarlo, que dejaría de enviarme la mensualidad.  ¡Déjelo dejar de enviarme su dinero! Yo cuidaré de mi nieto si tengo que trabajar a mi avanzada edad para hacerlo. Por favor relate lo que dije a mi hijo.”


  Mientras ella estaba echando al mensajero, Jutaro gateó fuera de su lecho de convalecencia y dijo al mensajero: “¡Gracias al cielo que ha venido! Estaba planteando irme pronto. Estaré suficientemente bien en un par de días.”

  Su abuela sabía que él no solo estaba enfermo de beriberi  sino que también tenia dañados los pulmones, por lo que ella dijo con lagrimas cayendo por sus mejillas: “Jutaro, no importa lo que tu padre diga, curaré tú enfermedad sin importar lo que tenga que hacer. Quédate aquí y descansa.”

  Jutaro no se permitiría a sí mismo causar algún inconveniente por su culpa. Aún si ello lo matara, no podía ir contra el camino del ninja. Recordaba el rostro sonriente de su maestro, Toda Sensei, diciendo: “Aún cuando te enfrentes a una muerte certera muere riendo.”   Dos días después de que el mensajero se fuera, se decidió partir. Pensó que cuanto mas pronto se fuera menos inconvenientes  le causaría a su abuela. Esperó a que ella saliera de casa y entonces partió sin nada más que las ropas que casualmente tenía puestas. Decidió que destino sería la montaña Mayasan. (Maya es la madre de Buda.) Fue allí arrastrando sus pesadas piernas afligidas por la enfermedad beriberi e hinchadas del tamaño de un elefante.   Era principios de verano.  Jutaro miraba al cielo mientras subía el sendero de la montaña. A veces sus ojos se llenaban de lágrimas al hacer el gran esfuerzo de dar cada paso.  “Kogane  también murió! Yo moriré de todas formas, así que prefiero morir en soledad.”  Se arrastró sobre sus manos y rodillas, pero finalmente llegó  a Kamenotaki. (Cascada de la tortuga.)   

  Jutaro sintió que recuperaba algo las fuerzas. La soledad vuelve frío el corazón de una persona, así que decidió encontrar algunos amigos. El viento y las aves lo llamaban. Los animales lo llamaban desde la distancia.   Era un inconveniente moverse sobre el rastro al anochecer ya que no tenía luces, pero Jutaro no tuvo dificultades ya que tenía dominada la técnica Ninpo de ver a través de la oscuridad.

  Una noche, Jutaro se despertó abruptamente cuando alguien gritó: “¡Kaire!” (¡Vete a tu casa!).  El ensordecedor grito tocó las entrañase interrumpió la oscura calma de la noche. Jutaro era valiente y volvió a dormirse.  Más tarde descubrió que se trataba de un pájaro casi despierto.  Varios días mas tarde, un anciano vio a Jutaro bañándose bajo la cascada se le aproximó para hablarle: “Joven hombre, pareces estar practicando ascetismo, pero: ¿Para qué oras? “   Jutaro apenas podía hablar pero respondió: “Quiero curar mi enfermedad.”
  
  Los ojos del anciano emanaban una calida luz, el anciano dijo: “Eso no debería ser una tarea tan difícil. Tienes beriberi y la lombriz solitaria en tú estómago. Yo puedo curarte. Liberémonos primero de las lombrices.”  Plegó sus manos en una de las posiciones Kiji In, en In. (Sellos de la espada.)  Y con un grito se lo clavó a Jutaro en la panza murmurando para sí. Trepó a una roca y se alejó, pero parecía que sus pies no habían tocado suelo. La lluvia paró y el sol empezó a brillar, el tercer día después de que se fuera el anciano, Jutaro sintió un enorme dolor en su estómago y corrió detrás de la cabaña para aliviarse. Encontró dos lombrices solitarias distintas. Después de un examen cuidadoso,  vio que una lombriz tenía una línea vertical a lo largo de su lomo mientras la otra tenia una línea horizontal. “¡Que extraño verdad! En verdad lo hizo. ¡Que anciano mas extraño!” Jutaro empezó a sentirse atraído por el misterioso poder del anciano.

  Alrededor de diez días más tarde, el anciano volvió a aparecer. “¿Cómo estás, muchacho? Creo que te has desecho de las lombrices.”

  “Tienes mucho entrenamiento en las artes marciales. Tu mirada y movimientos agudos dejaron una impresión en mis intuitivos ojos.”     

  Jutaro dijo: “Hasta sabes que he practicado artes marciales, aún soy un principiante. Toda Sensei muchas veces me dijo que uno no debería tener une postura o una actitud que le permita a otros saber que uno practica artes marciales.”

  El anciano, replicó: “Creo que esta bien ya que eres tan joven. Cuando comparo la verdad del interior de las artes marciales y la religión, veo que son de naturaleza muy similar.”

  Un día vio el rostro del anciano reflejado en el agua y no dudo en llamarlo: “¡Sensei!” Y el anciano le dijo: “Eres un buen muchacho, he  decidido enseñarte las habilidades que poseo, empezando ahora.”
  
  El anciano decidió enseñarle a Jutaro las habilidades  para predecir cuanto tiempo vivirá una persona, para ver en la oscuridad y traer la libertad a los animales. Le había tomado una vida entera al anciano adquirir estas habilidades. También le paso a Jutaro la manera de darse cuenta de los cambios en la naturaleza y como predecir las tristes calamidades antes de que ocurran.  Jutaro comenzó a ver la luz cuando se dio cuenta que el Ninjutsu y las habilidades de Karate y Jutaijutsu que dominaba con maestría hasta aquí, eran habilidades de vida, para sobrevivir. Una sonrisa se cruzó por la cara de Jutaro. “He estado entrenando creyendo que las artes marciales proveen una técnica para vencer al enemigo, mientras que el ninpo era el arte del furtivismo, de la invisibilidad. Pero cuando pienso en la dirección correcta de obtener la iluminación o la naturaleza de tales artes, todo se simplifica a estudiar las leyes de la naturaleza.”  Jutaro decidió continuar su encuentro con la madre naturaleza por otros tres meses. Pasó sus días entrenando tanto su mente como su cuerpo. El motivo por el que eligió ese lapso, es que nueve es el mas fuerte de los números y diez simboliza hacer una promesa o de cumplir un deseo.  Cuando pasaron noventa días, Jutaro le dijo adiós al gran sapo, la gran víbora, al salto de la montaña, a las rocas y árboles con que se había amigado durante su estancia en la montaña, entonces descendió.
Esencia del Ninjutsu.


  Desde pequeño, Takamatsu tenía un Kiai muy poderoso. No por nada fue considerado un pequeño  demonio. (Kotengu.)

  El Kiai, conocido también como Ki y como Chikum, energía adquirida y desarrollada por: medio de la práctica, la meditación y el refinamiento espiritual, y el conocimiento interno; La cual ha permitido realizar grandes proezas a los Maestros del Bûdo.  A continuación una historia conocida como Yonindori.

             - Mientras iba a la escuela de inglés Akashi No Miya, Jutaro también iba al instituto de literatura china. Día por medio, practicaba en el Dôjô de  Mizuta Yoshitaro Tadafusa Sensei para aprender el estilo Takagi Yoshin Ryû de Jujutsu. También iba de cuando en cuando al Dôjô de Toda Shinryuken para aprender los secretos de Togakure Ryû Ninjutsu.
  
  Una tarde  domingo, Jutaro paseaba por el parque recreativo en la costa cuando vio a dos niños, uno de aproximadamente ocho años y el otro de unos doce o trece, peleando por una hamaca. Cuatro hombres aparecieron y empezaron a alentar al mayor. Fortalecido por el apoyo el niño mayor pegó al menor. El mas pequeño se arrojo sobre su oponente quién cayó cara arriba, el niño mas pequeño se sentó sobre él como cabalgando.  En ese momento, uno de los hombres pego al pequeño. Jutaro expreso que un hombre no debe pegarle a un niño. Se adelantó para ayudar al niño cuando dos de los cuatro hombres vinieron y le agarraron los brazos. Uno se movió detrás de él y empezó a estrangular su torso. El último  de los cuatro se movió frene a él, lo agarró por el cuello y empezó a patearlo. Jutaro dio un Kiai y en un abrir y cerrar de ojos, arrojo a todos ellos al río que corría detrás de él.

  Más tarde  oí que los hombres grandes que amarraron los brazos de Jutaro eran luchadores de sumo del rango Juryo. El que lo agarró por detrás era apodado: “el demonio de la aldea Okuratani.” Y era instructor de Takagi Yoshin Ryû de Ishizaki Sensei. El que le agarró por el cuello era un hombre afamado por tener la fuerza de cinco hombres, con su férreo cuerpo podía fácilmente subir una roca de 80 kilos 108 peldaños de piedra del altar Hitomaru.  Nadie podía con estos hombres ni aún peleando con uno por vez. La noticia de la victoria de Jutaro se hizo conocida y se dijo que un gran demonio había aparecido.     
Esencia del Ninjutsu. 


   Otro de los lugares de entrenamiento elegidos por Takamatsu fueron los templos situados en el monte Hiei.  Un día se encontraba conversando con un amigo monje budista, cuando apareció un lagarto caminando por la viga de la habitación. Takamatsu le envío un Kiai al lagarto y este cayo inconsciente al piso, luego de un rato despertó y desapareció.  Paso algún tiempo mientras seguían con su y el lagarto volvió a aparecer, pero esta vez caminando por el piso. Takamatsu le envío otro grito y se volvió sobre su espalda.  Esta técnica es conocida como Fudo Kanashibari No Jutsu. (Paralizar el enemigo a la distancia.)  El monje quedo asombrado después de ver el fabuloso poder de Takamatsu, un poder iluminado por la fuerza de voluntad.

  Un tiempo después, Takamatsu se encontraba en el patio del templo, cuando dio un Kiai a un ave la cual cayó al suelo y se retiro dando saltitos, incapaz de salir volando. Ese instante fue observado por un sacerdote anciano que quedó impresionado, por lo que pidió que se hiciera sacerdote superior del templo Chusenji.     



  Las herencias de Iga:

  Toshitsugu Takamatsu heredó los siguientes Ryû Ha: Togakure Ryû Ninpo, Gyokko Ryû Kôsshi Jutsu, Kotto Ryû Koppo Jutsu, Kumogakure Ryû Ninpo, Gyokushin Ryû Ninpo, Shinden Fudo Ryû Dakentai Jutsu y Gykan Ryû Koppo Jutsu de Shinryuken Masamitsu Toda. (Su abuelo.)

  Kukishinden Ryû Happô Biken y Hôntai Takagi Yoshin Ryû, de Ishitani Matsutaro Takekage.

  Takagi Yoshin Ryû Jutai Jutsu, de Mizuta Tadafusa Yoshitaro.

  Takamatsu Toshitsugu, paso la herencia de los Ryûha a Masaaki Hatsumi aproximadamente en1968. Finalmente había logrado encontrar el heredero indicado para continuar con el legado de las antiguas escuelas de Iga.

  Este es un escrito por Takamatsu Sensei luego del encuentro con Masaaki Hatsumi.


“Hace algún tiempo, era un completo
guerrero
de la tradición Koppojutsu.
Yo era valiente como una
llama,
incluso en la contra violentos
animales.
Tengo un corazón que es como las
flores salvajes de la pradera,
recto y verdadero como el bambú.
Incluso diez mil enemigos no pueden
causarme temor.
¿Quién es en este mundo capaz de
mantener viva esta voluntad del
corazón del guerrero?
Allí estas tú, enviado por los Dioses Guerreros.
  He estado esperando por ti a través de los años.”



  Takamatsu tuvo muchos alumnos, pero su sucesor directo fue solo Masaaki Hatsumi, actual Sôke.
 
  En aquellos tiempos solían entregarse Menkyo, autorización para la enseñanza, pero eso no significaba el legado directo, el cual figura en la genealogía de cada Ryûha.

  Después de entregar su legado, Takamatsu se retiro a terminar en el estudio de la naturaleza. Había encontrado el secreto del ser invencible, la máxima realización…

  Takamatsu conocido como Moko No Tora encontró su muerte física a los 84 años de edad el 2 abril de 1972. Su gran espíritu se mantiene vivo en la mente y el corazón del actual Sôke Masaaki Hatsumi.

  Él mismo cuenta que el entrenamiento con Takamatsu no ha finalizado, continúa en sus sueños, cuando en las clases transpira, el vapor sube hacia el cielo y por medio de éste se comunica con su Sensei para continuar la práctica.

“He encontrado muchos
maestros de varias artes
marciales, pero encontrar
a ese guerrero llamado
Takamatsu fue una
experiencia única. Incluso
lo podía ver allí, pero era
como si realmente no
estuviese, como si existiese
en otra dimensión.
Escalofriante, tenebroso,
esas son las únicas palabras que puedo utilizar para
describirlo….”
Masaaki Hatsumi Sôke.



Takamatsu Toshitsugu  33º  Sôke  de  Togakure  Ryû  Ninjutsu.

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